NOTA DE PRENSA


Tokio, Japón: El 22 de noviembre de 2002, el Tribunal Supremo del Japón aprobó el fallo del tribunal menor, que dictaminó que la editorial del semanario sensacionalista Shukan Shincho, Shinchosha, su ex editor en jefe, Hiroshi Matsuda, y el escritor independiente Masao Okkotsu habían difamado a la Soka Gakkai en dos artículos publicados en julio de 1999.

La Soka Gakkai había iniciado un juicio por dos artículos de la revista Shukan Shincho que aseveraban que el grupo budista laico había obtenido ganancias especulando con terrenos en el área del norte de Shinjuku de Tokio. Para justificar la negativa al pedido de apelación interpuesto por el demandado, el Tribunal Supremo se atuvo a los fallos del Tribunal Superior de Justicia de Tokio y del Tribunal del Distrito, que habían determinado que, para escribir los artículos en cuestión, “no se había investigado a fondo” y que “no existía evidencia que sostuviera las imputaciones realizadas en dichos artículos”. El tribunal ordenó a Shinchosha a pagar la suma de cuatro millones de yenes (aproximadamente US$36.000) por daños y perjuicios, de los cuales Masao Okkotsu debía pagar un millón de yenes, y determinó que Shukan Shincho debía publicar una disculpa y una retractación.

“Por años, el Shukan Shincho, con sus historias, ha pisoteado los derechos civiles de muchos individuos y ha ridiculizado movimientos que protegen a grupos vulnerables de la sociedad japonesa. Los miembros de la Soka Gakkai sufren una discriminación considerable, a causa de la publicación de artículos infundados como las del señor Okkotsu y otros periodistas, que parecieran prosperar gracias a escándalos inventados. Nos satisface que la verdad de esta cuestión se esclarezca en los tribunales”, observó la vocera de la Soka Gakkai, Rie Tsumura.

En una acción separada, el 18 de septiembre, el Tribunal Superior de Justicia de Tokio dictaminó que Masao Okkotsu era responsable de haber difamado a la Soka Gakkai en una alocución pronunciada en una asociación budista de la prefectura de Wakayama, en agosto de 1999. En dicha alocución, aseguró que la Soka Gakkai había creado dos compañías ficticias para hacer dinero con propiedades reservadas para la construcción de cementerios y que había utilizado lo recaudado de manera ilegal. Durante el juicio, a pesar de las reiteradas preguntas de los jueces, Masao Okkotsu fue incapaz de suministrar evidencia alguna que corroborara sus imputaciones. El juez condenó a Okkotsu pagar a la Soka Gakkai la suma de quinientos mil yenes (aproximadamente US$450.000) por daños y perjuicios.

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